La puerta de la jaula quedó abierta. El pájaro, de colorido plumaje, asomó su cabecita hacia el exterior observando el inmenso espacio vacío que circundaba su único reducto conocido. Estiró sus alas y con torpe revoloteo intentó adueñarse del nuevo mundo. Apenas unos minutos en el aire y ya le dolían las plumas. Regresó, cansado, se introdujo en la jaula y con un ágil golpe de pico, cerró la puerta y se durmió. Ese día soñó con una bandada de jaulas que volaba hacia el infinito.
Publicado en Relatarium el 22 de noviembre de 2011, firmado como country49
Vengo del blog de Albada, buscando un "sueño de pájaro". Lo he encontrado y creo que su búsqueda ha valido la pena. Me encanta el final, ese sueño de jaulas volando.
ResponderEliminarUn abrazo des : demispalabrasylasvuestras
Laura.