Poesía


AMOR SE ESCRIBE SIN HACHE


Amor se escribe sin hache...

Como los ojos que escancian tu mirada
Como el aire que busca refugio en tu falda
Como once pares de besos
Como el abanico de tu risa
Como el umbral de mi esperanza
Como el aroma del olíbano
Como la espiga impúber
Como un ejército de ocas amarillas
Como enero, abril y agosto
Como el adiós de los años
Como el águila y el azor,
Como el álamo y el abedul
Como el anillo de un ángel del Olimpo
Como el enebro y la escarcha
Como tu escote y tu espalda
Como el oboe y el olifante
Como el abrazo de un arlequín enamorado
Como el aloque, la almendra y el ombú
Como el enroque de tu cintura
Como los arpegios de un aleluya
Como la oscura África
Como Europa encendida...

Como Anagrama de ROMA, AMOR...

...Amor se escribe sin hache.



PREGUNTO

¿Tiene miedo la madera acariciada por lenguas de fuego?
¿Teme la choza de ramas el silbido de un huracán?
¿Tiemblan los peces arrastrados hacia la playa por la encrespada marea?

Pregunto

¿Cómo combate el frío una espalda desnuda en el hielo?
¿Quien tiene el poder invisible para repartir por igual el orgullo?
¿Desde cuando la fiebre acompaña al hombre?

Pregunto

¿Se ocultan los insectos venenosos para no mostrar su miseria?
¿Por qué la saliva baña una boca ansiosa?
¿Hay alguien en el desierto que espere un cauce de agua fresca?

Pregunto

¿Es más rápida la mirada que el bostezo de un cometa?
¿Aprenden los niños cuando la piedra golpea y mata?
¿De donde se desprenden las caricias que llegan a nadie?

Pregunto

¿Es capaz un piano desafinado de recorrer una pieza maestra?
¿No se olvida a menudo que la suerte no es necesaria?
¿Cuánto tiempo se consume en cada paso? ¿Y en cada regreso?

Pregunto

¿Oyen los tiranos la voz aguda de una anciana que se pudre?
¿Despiertan las cornetas a los soldados de plomo?
¿Sanan las vendas que se fabrican con piel de sapo ciego?

Pregunto

¿Qué cimientos aguantan el peso de una envidia insaciable?
¿Quién vistió a la inocencia de luto riguroso?
¿Cómo se puede oír el grito de una gacela y seguir respirando?

Pregunto



¿DONDE?

¿Dónde están los ángeles vestidos de azul
que acompañaron las noches de mi infancia?
¿Y esas madres con harinas en sus manos
consumidas por horas de trabajo?
¿Qué habrá sido del profesor de historia
que puso en orden mis años confundidos?
No recuerdo la primera vez que acaricié un perro
ni el primer bostezo de una tarde aburrida.
Mis tejidos ya no son los que nacieron
mis lágrimas se secaron en la última batalla.
Pienso con la lenta marcha de un tren correo
y dejo circular mis palabras en las vías de enero.
Las hojas de un periódico sin fecha, sin nombre,
envuelven mis campanas que yacen calladas.
Vislumbro a lo lejos el pan con chocolate
y las tortas de aceite con azúcar tostada
Una adolescencia de mayonesa cortada,
mesas de café adornadas con bellas rodillas
Virutas de tiempo escupidas en la niebla,
escaparates con guiñapos de paja y heno,
olor a orina de gatos, perfume de los tejados,
brechas de cantos rodados y cristales.
Sol y más sol calentando una cabeza hueca
espigas de trigo atravesadas en la garganta,
escarceos limando el pecado de la indecencia,
sexo en inútiles mandobles de pubertad.
Mentir por mentir, callar por callar, o gritar,
huyo de lo próximo, rumbo a la lejanía
y mientras más me alejo, menos me encuentro

¿Será posible distinguir el pasado del futuro?
Ambos son tierra de nadie, pisada o por pisar







JANINE


Janine, tus dedos son puntas de alfileres
pellizcos de migas de pan tierno
pirañas inocentes que desdeñan la carroña.
Y tu violín, pecho de madera de una alondra
el canto de un mirlo en invierno
el murmullo fresco de un coro de mujeres.

Cuando el arco ataca con notas que se beben
el aire se levanta y duerme el viento
acariciando las dunas en noche de ronda.
Y como el perro que busca la sombra
así busca el oído el sentimiento
que derraman tus yemas cuando hieren.

¿Dónde nacieron tus nudillos? ¿De qué seres?
¿De qué materia viva se hicieron?
No conozco una sima marina tan honda
ni una montaña tan alta como mil lomas
que no se despierten con  tu aliento     
pidiendo que tus frágiles manos las alimente

Sobran las palabras y las coronas en la frente
El mendigo, el rey, los que te oyeron
pisan con devoción tu mágica alfombra
tu luz de música que a todos asombra
ráfaga de vivos acordes que son fuego
galope tendido de una manada de corceles

¡Qué no salga del violín ese ángel que duerme!
Janine,  sigue lanzando globos de besos
sigue con tu arrullo de gato de angora
No dejes pasar el tiempo, aún no es hora.
Eres Eurídice y todos somos tu Orfeo
y a todos nosotros, a todos, nos perteneces.

(poema dedicado a Janine Jansen, violista)




Foto del blog:
                                                              violinjunkie.blogspot.com



LLUVIA DE JUEVES


¿Será esta lluvia de jueves la que me incendie?
Sus gotas queman los balcones de oro
y ennegrecen los vestigios de una paz hundida.

La primavera niega su inocencia, desnudándose,
enseñando los vapores de sal en sus muslos
y sus líquidos son ofrecidos en un altar de plata

Incesante, la gallina del cielo picotea las calles.
Vivaquean los escarabajos bajos las hojas
y el plomo de las nubes se derrite en cenizas

Me tumbo en un diván de esparto y miro dócil,
con mis ojos suspendidos en la cristalería
hacia una página invertebrada y translúcida

Se oyen los pies mojados, maltratando el asfalto,
niños con sobredosis de risas, calculando charcos
Los hilos de agua sucia merodean las aceras

¿Será esta lluvia de jueves la que mate mi sed?
Sus gotas dan vida a los balcones de oro
y limpian los destrozos del sol del verano

La primavera se tapa con túnica azabache,
ocultando la salada indecencia de sus muslos,
secando el líquido que le destila en rocío

La gallina se duerme entre las pajas de heno
Los escarabajos limpian sus negras tenazas
y las cenizas se transforman en nubes blancas

Despiertan los tejados
Despiertan azoteas
Despiertan los patios
Despiertan las doncellas

La ciudad huele a manzanilla
Y a dulce de membrillo.