miércoles, 18 de abril de 2012

Voltios


En su desesperación por un desempleo que le asfixiaba, subió a una torre de alta tensión con una pancarta reivindicativa y algunas viandas. Al principio despertó la curiosidad de algunas personas que se acercaron solidariamente pero pronto se olvidaron de él. Incluso las autoridades no tomaron en serio esta protesta y se limitaron a recriminarle desde abajo su actitud, amenazándole con una fuerte multa e incluso con algo más contundente, como la cárcel.
 Ante la indiferencia que su acción propiciaba, optó por el suicidio asiéndose con ambas manos a los cables que partían de la torreta  pero soportó los más de 20.000 voltios que pasaron por él como si tal cosa. Un empleado de mantenimiento de la línea eléctrica que lo observaba dio cuenta del hecho y hoy día el “suicida” trabaja en Endesa como conductor eléctrico de emergencia con un elevado sueldo.

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